Glissonic Glissotar

EL PRIMERO DE SU TIPO: ¡UN SAXOFÓN GLISSANDO!

Tenga en cuenta que, debido a la demanda reciente y la operación de fabricación a pequeña escala, el plazo de entrega actual para cualquiera de los modelos es de entre 3 y 6 meses.

Durante más de un siglo, no se ha producido ninguna innovación importante en el diseño de instrumentos de viento, pero el Glissotar ahora aborda esta cuestión gracias a este concepto ingenioso, pero simple, traído a nosotros por el diseñador húngaro Dániel Váczi. Fusionando elementos del tárogáto húngaro y el saxofón soprano, e introduciendo un sistema único para producir glissando en toda su gama, nace el Glissotar.

Se suministra sin boquilla ni bolsa básica.

Aunque los diseñadores lo consideran un instrumento completamente nuevo, resulta relevante para nosotros, los saxofonistas, por tres razones: primero, está diseñado con un calibre cónico y, por lo tanto, sobresopla una octava; segundo, comparte el mismo registro que un saxo soprano; y tercero, ¡se toca con una boquilla de saxo soprano! Todos estos factores se combinan para facilitar la adaptación de la habilidad e intuición del saxofonista a Glissotar.

La innovación clave del Glissotar reside en su mecanismo de glissando, ¡y aquí es donde entran en juego los nuevos retos de aprendizaje! La altura de las notas del instrumento se determina mediante una ranura vertical recubierta de lámina, que a su vez cuenta con una cinta imantada justo encima, la cual puede cerrarse contra la ranura en cualquier punto de su longitud. A diferencia de los antiguos saxofones de vara, el Glissotar se puede tocar con ocho dedos, lo que permite interpretar melodías con mucha mayor destreza técnica. Además, las posibilidades expresivas se amplían enormemente: al deslizar cualquier dedo por la cinta, ahora podemos pasar de una nota a otra como lo haría un vocalista o un músico de cuerda. Además, se pueden producir una gran cantidad de sonidos y efectos interesantes manipulando la cinta, ¡e incluso desenganchándola por completo de su punto de fijación inferior!

FAMILIA GLISSONIC

Para contextualizar adecuadamente el Glissotar, cabe mencionar que se trata del primer instrumento de una gama completamente nueva, conocida como la familia Glissonic. Basados ​​todos en el mismo principio de afinación continua, los demás instrumentos Glissonic incluirán flauta, silbato, clarinete, saxofón y corneta. Por lo tanto, cabe mencionar que el Glissotar se basa más en el tárogáto húngaro que en el saxofón, aunque comparte muchos aspectos comunes, como se ha descrito. El diseñador principal, Dániel Váczi, junto con su colaborador Tóbiás Terebessy, cuenta con una amplia experiencia en diseño e innovación de instrumentos, incluyendo el desarrollo de una gigantesca caja de música llamada Hangjáték, la producción de la caja de música mecánica programable llamada Skatuya y la investigación en el campo del control MIDI computerizado en órganos.

El Glissotar está disponible en dos materiales: el modelo premium está hecho de amaranto o "corazón púrpura", una especie de madera dura tropical latinoamericana conocida por su calidez aterciopelada y la belleza de su sonido; la versión más asequible, conocida como Glissotar Jam , está fabricada con un material robusto impreso en 3D y tiene un tono muy similar al de la versión de madera, pero con un poco más de brillo y armónicos agudos. Además, es completamente resistente a la humedad y a las anomalías de temperatura. Por lo demás, ambos modelos tienen exactamente el mismo diseño: diámetro interior idéntico, mástil de latón con boquilla para saxofón soprano, mecanismo de cinta magnetizada y llaves de octava metálicas/apoyo para el pulgar derecho.

JUGANDO AL GLISSOTAR

Si bien es evidente que será un reto para cualquiera que se inicie en el Glissotar, es necesario aprender un sistema de digitación completamente nuevo, diferente al de los instrumentos de viento convencionales. El registro está concebido para un concierto y va desde el la bemol grave hasta el re bemol agudo (casi dos octavas y media, y prácticamente el mismo registro que el saxofón soprano). Cuenta con un apoyo para el pulgar derecho y dos llaves de octava para facilitar el registro más agudo; estos puntos fijos ayudan al intérprete a orientarse sobre dónde empezar con la posición de los dedos. La posición natural de los dedos proporciona un conjunto de notas cromáticas, y el intérprete puede mover las manos hacia arriba y hacia abajo en el instrumento para producir diferentes conjuntos cromáticos, moviendo así uno o dos dedos a la vez para obtener escalas diatónicas.

Revisión del personal

Tras completar una reseña en video de este fascinante instrumento, siento un renovado entusiasmo. Nunca antes había probado ni reseñado un instrumento con un sistema de digitación completamente nuevo, y desde este punto de vista, es fascinante. En cierto modo, me hubiera gustado tener un poco más de tiempo para familiarizarme con él y así poder profundizar en sus posibilidades técnicas y musicales. Si quieres saber más, solo tienes que ver los videos de Dániel Váczi en línea para ver lo que el Glissotar puede hacer. Tras revisar la versión impresa en 3D, me encantaría probar la versión Purpleheart para ver qué calidez tonal adicional puedo producir. Dicho esto, el Glissotar Jam sigue teniendo un sonido excelente y, en muchos sentidos, te sientes como si estuvieras tocando un saxofón soprano. El reto obvio es aprender el sistema de digitación. Al principio, es normal desafinar, pero si tienes buen oído musical y trabajas junto a un piano, pronto te familiarizarás con él. ¡Y ahí empieza la diversión! Al ir más allá de lo básico, te das cuenta de que puedes darle un toque folk a cualquier melodía, lo que convierte al Glissotar en un candidato ideal para cualquier banda folk. Además, puedes tocar música contemporánea o incluso jazz. Al momento de escribir esto, es muy pronto para predecir el futuro de este instrumento. No es barato, y creo que esto podría desanimar a quienes simplemente quieran probar suerte, pero creo que es tan innovador que podría interesar a muchos que desean dedicarse al diseño de instrumentos de viento.

Jim Cheek